En esta ciudad, si en un piso viven niños menores de diez años, las viviendas tienen que tener protección para las ventanas para evitar accidentes. De hecho está regulado por la ley y el propietario de la vivienda está obligado a poner estas protecciones. Así nos lo confirmaron por teléfono el departamento de salud de NY. Hoy, por fin, nos las han puesto a nosotros, además de arreglarnos la nevera, cambiar un sofá que estaba roto y un cajón de un armario.... Pero aún tiene que venir el handyman (manitas) el lunes a terminar unas cosas.
La verdad es que hay cosas donde la ley te protege, y que están muy bien. Y otras que me parecen ridículas. Por ejemplo, hoy me han mirado mal por entrar en una tienda de venta de vinos con Diego y me han echado la bronca en la piscina por dejar a Diego correr por una zona de la piscina sin peligro alguno (donde hay tantas normas que da miedo tirarse al agua). No sé, demasiadas reglas absurdas...
Por eso, tal vez, empapándonos de este estilo de vida, desarrollando nuestro instinto de supervivencia, hoy hemos cenado, a las siete y media, tortitas con mantequilla de cacahuete (que seguro que es pecado y crea adicción...).
No hay comentarios:
Publicar un comentario